No hubo diferencias estadísticamente significativas en el riesgo de enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca o accidente cerebrovascular entre aquellos que solo tenían lecturas de presión arterial alta mientras estaban sentados (lecturas normales a la hora de acostarse), en comparación con las personas con presión arterial normal. Había un 41 por ciento más de riesgo de enfermedad coronaria mortal (en comparación con el 78 por ciento observado en aquellos con las lecturas más altas) y un 11 por ciento más de riesgo de mortalidad por todas las causas.

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Las personas con mayores riesgos en general fueron aquellas con lecturas de presión arterial más altas mientras estaban sentadas y acostadas.

“Estos hallazgos sugieren que medir la PA en posición supina (acostado) puede ser útil para detectar una PA elevada y un riesgo latente de ECV”, concluyeron los investigadores.

Fortalezas e hipótesis

Por ahora, los resultados deben considerarse preliminares. Dicho análisis y hallazgo deben repetirse con un grupo diferente para confirmar el vínculo. Y con respecto a la cuestión más amplia de si el uso de medicamentos para reducir la presión arterial en posición supina (en lugar de la presión arterial sentado) es más eficaz para reducir el riesgo, es probable que se necesiten ensayos clínicos.

Aún así, el análisis tiene algunas fortalezas importantes que mantienen los resultados en perspectiva. Tamaño y diseño del estudio. Los investigadores aprovecharon datos del estudio Riesgo de aterosclerosis en las comunidades (ARIC), un estudio establecido en 1987 de personas de mediana edad que viven en una de las cuatro comunidades de EE. UU. (Condado de Forsyth, Carolina del Norte; Jackson, Mississippi; suburbano de Minneapolis, Minnesota; y Washington). Condado, Maryland).

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