Miércoles 18 de diciembre de 2024 – El tema del Día Internacional de los Migrantes de este año – Respetar la contribución de los migrantes y respetar sus derechos – ayuda a recordarnos las contribuciones positivas que hacen los migrantes a las sociedades y países de acogida, y los desafíos que enfrentan para lograrlas . Existe una necesidad urgente de acción colectiva para garantizar que la migración sea lo más segura posible, en todo su potencial y potencial. A pesar de las promesas políticas y la atención de los medios, el número de muertes de migrantes está aumentando: en 2023 se registró la cifra anual de muertes más alta jamás registrada, con más de 8.500 muertes.
Según las Naciones Unidas, alrededor de 281 millones de personas (el 3,6% de la población mundial) son inmigrantes internacionales. La migración es un fenómeno multifacético. Las razones por las que las personas emprenden (o se ven obligadas a realizar) este viaje, a menudo peligroso, son complicadas. Los conflictos, la inestabilidad política y económica, los desastres naturales y el cambio climático están desplazando cada vez más a las personas de sus países de origen.
En el Mediterráneo oriental, Sudán y el territorio palestino ocupado están sumidos en un conflicto devastador. Más de 14 millones de sudaneses se han visto obligados a huir de sus hogares. Casi toda la población de la Franja de Gaza ha sido desplazada, muchas de ellas en múltiples ocasiones. Yemen se encuentra en un estado crónico de emergencia y se enfrenta a un número cada vez mayor de fenómenos meteorológicos extremos.
Los desastres naturales y relacionados con el clima, incluidos los terremotos, azotan la región con una frecuencia alarmante y alteran la vida de millones de personas. El clima árido y semiárido de la región, junto con el aumento de las temperaturas y la contaminación, exacerba la escasez de agua y aumenta la intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos. En Estados frágiles como Sudán y Yemen, la escasez de agua afecta la producción agrícola, exacerbando la vulnerabilidad. En Irak, una ola de desplazamientos en Basora en 2024, durante la cual más de 24.500 familias fueron desplazadas en 12 gobernaciones, fue impulsada por la escasez de agua y la sequía.
El cambio climático tiene graves implicaciones para la salud y los migrantes, que ya enfrentan riesgos elevados, son particularmente vulnerables. El cambio climático exacerba el estrés por calor, la desnutrición y las enfermedades transmitidas por vectores. Esto empeora la contaminación del aire. Las condiciones climáticas extremas pueden causar lesiones graves, a veces mortales.
Las poblaciones de inmigrantes también enfrentan desafíos de salud mental. A medida que acontecimientos sobre los que no tienen control perturban sus medios de vida y sus comunidades, muchos migrantes experimentan miedo, dolor, incertidumbre e impotencia. Los migrantes pueden enfrentarse al estigma, la discriminación y la violencia por parte de la población de acogida, lo que socava su sentido de pertenencia e identidad cultural.
En respuesta a estos desafíos, y reconociendo que las consecuencias del cambio climático para la salud no son sólo una preocupación humanitaria sino también económica (por citar sólo un ejemplo, las tormentas de polvo en la región del Mediterráneo oriental cuestan aproximadamente 13 mil millones de dólares al año), la Organización Regional de la OMS Oficina para el Mediterráneo Oriental Internacional Trabajando junto con la Organización para las Migraciones (OIM) y la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR) Por ejemplo, aprovechar la sinergia entre Adaptación al cambio climático y respuesta del sistema de salud inclusivo para los migrantes Reducción de riesgosUna iniciativa conjunta destinada a mitigar los riesgos del cambio climático en Irak, Jordania y el Líbano. Se ha establecido un marco de seguimiento para seguir el progreso y brindar apoyo mientras los tres países se esfuerzan por mitigar los impactos del cambio climático en la salud de los migrantes.
El progreso en el desarrollo sostenible depende en gran medida de políticas que aborden las necesidades de salud de los migrantes, particularmente en el contexto del cambio climático. La cobertura sanitaria universal (CSU) desempeña un papel importante a la hora de garantizar que todos los migrantes y refugiados, independientemente de su estatus legal o nacionalidad, tengan acceso a servicios de salud asequibles y de calidad. La colaboración entre gobiernos, ONG y comunidades de toda la región es fundamental para integrar la salud de los migrantes en sistemas de salud resilientes al clima.
La asociación entre la OMS, la OIM y la UNDRR subraya su compromiso compartido de promover la cobertura universal de salud y abordar los impactos del cambio climático en la salud de los migrantes.
El Día Internacional del Migrante debería recordar a todas las partes interesadas (gobiernos, ONG, comunidades e individuos) que la migración puede ser una fuerza poderosa para la salud, la paz y la prosperidad, y que juntos podemos crear un futuro más saludable para todos.